Tuesday, April 19, 2016

La fecundidad de las semillas…



Desde hace algo de tiempo han circulado por las redes sociales algunas inquietudes sobre la “espiritualidad y el carisma” de los legionarios y los miembros del 3G. Estas inquietudes, tanto al interno del grupo como por parte de exmiembros, manifiestan la ambigüedad de un fenómeno que la misma Iglesia no ha sabido manejar.

Quienes aún permanecen en el grupo muestran un anhelo sincero por purificar y decantar una auténtica espiritualidad y un carisma eclesial; por otro lado, la perspectiva de los exmiembros suele ser crítica y escéptica.

Más allá de las posturas un tanto fanáticas o infantiles de quienes condenan lo que sea, o de quienes aprueban todo a partir de sus experiencias previas en el grupo; encontramos una profunda inquietud genuina tanto en miembros como en exmiembros. La inquietud es, sin embargo, ampliamente significativa.

¿Cuál es el núcleo de esta inquietud?

Los legionarios han venido asumiendo esta inquietud aunque, podríamos decir, sin mucha conciencia y ciertamente sin profundizar en la verdadera causa. El pasado mes de septiembre lanzaron una iniciativa que intenta responder a esta inquietud: “Semillas de Espiritualidad”.

La presentación institucional[1] de la que se ha venido llamando revista electrónica o plataforma “Semillas de Espiritualidad” da bastantes pistas del sustrato de la inquietud.

Dice Michael Ryan «Me di cuenta de que había un cierto vacío en lo que respecta a nuestra espiritualidad»[2].

Después viene el comentario de Mario Olivieri[3] (3GM) y la aportación de Megan Houbeck (3GF), quien presumiblemente es la fuente de la iniciativa. Por último incluyen a Juan Carlos Ortega[4] quien desde hace tiempo venía dedicándose al tema de la vida religiosa, principalmente con las religiosas. En definitiva buscaron un legionario, una 3GF y un 3GM y pusieron a otro legionario como “presidente” del grupo. Sabemos que todos los documentos pasan por la revisión de Juan Carlos Ortega, a menos que el autor sea alguien de mayor rango.

“Semillas de Espiritualidad” trata de responder a «un vacío», dicho con las mismísimas palabras de Michael Ryan. El vacío evidentemente es institucional pues no hay ninguna expresión “institucional” de la espiritualidad ni del “carisma”. Megan habla de «compartir lo que hay en nuestros corazones», Olivieri de «compartir lo que hemos vivido» y Ortega de «expresar matices del “carisma” recibido»…

Es decir, se trata de compartir un carisma o una espiritualidad netamente subjetivos. Todas las expresiones del “carisma” y de la espiritualidad son subjetivas. No existe ninguna fuente de espiritualidad auténtica en el grupo iniciado por Maciel. «Semillas de espiritualidad» es una manifestación de la búsqueda y del subjetivismo que impera entre los miembros del grupo.

Si se pregunta a cada uno de los miembros en qué consiste la espiritualidad habrá tantas respuestas como personas interrogadas. Más allá de la reflexión superficial que intentará devaluar esta afirmación diciendo que cada persona tiene su propia experiencia espiritual[5], vemos un fondo común. La experiencia espiritual de las Misioneras de la Caridad o de los Combonianos o de los Mercedarios o de los Carmelitas, etc. es singular en cada uno de sus miembros, pero todos y cada uno en su propia singularidad pueden dar testimonio de una expresión espiritual común.

No es así entre los grupos surgidos del Pedófilo Maciel, los legionarios y los miembros del Movimiento. Dice Michael Ryan: «hay un vacío».

El proyecto inició en Septiembre. Los contenidos aportados desde entonces no son suficientes para llenar ese «vacío». Con el propósito de publicar 4 aportaciones cada mes han tenido que echar mano de escritos y conferencias previos. Muchas de las aportaciones además del subjetivismo (ver escrito de Wagner Campopiano) son una especie de manifestación de narcisismo espiritual (ver reflexión de Viviana Limón).

Por ejemplo una de las publicaciones iniciales es de Luis Garza Medina. La fecha original de publicación fue octubre de 2013 en la página web oficial del RC[6]. En este blog se comentó la falta de honestidad del artículo y algunas expresiones hipócritas de parte del autor (por ejemplo al referirse al tiempo que los sacerdotes pasan en el confesionario)[7].

Curiosamente el texto de Luis Garza expresa claramente el subjetivismo que permea cualquier intento de búsqueda de la espiritualidad del grupo; dice el texto de Luis Garza: «¿Cuál es entonces la espiritualidad de la Legión y del Regnum Christi? Para mí, nuestra espiritualidad nace de (…)». Nótese con claridad como inicia con un “para mí”.

Si consideramos la publicación de María del Río[8] «Relación Histórica entre la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la Fiesta de Cristo Rey» observamos una gran pobreza académica y ninguna referencia a los legionarios, al fundador, a la fundación, al nombre previo, etc. Más que una Relación histórica debería considerarse una reseña de dos libros de Luís Cano. Para entender la relación histórica entre la Devoción al Sagrado Corazón y Cristo Rey es necesario considerar por ejemplo la normativa de la misma Santa Sede en torno a la devoción (no se menciona nada en el artículo de María del Río) o la documentación previa a la Consagración del mundo por parte del Papa León XIII (ausente también en el artículo). Lo que sí manifiesta el artículo de María del Río es el maniqueísmo legionario (que también está presente en el artículo de Luis Garza) al considerar dos devociones al Sagrado Corazón o a Cristo Rey; dice María del Río «una (devoción) profunda y religiosa, y otra más superficial e incluso, desviada». Significativamente los ejemplos proporcionados de la devoción superficial y desviada pueden reconducirse a una conferencia de Maciel, el Pedófilo Fundador.

Una de las grandes manifestaciones del subjetivismo es la autoreferencia. Por ejemplo el artículo preparado por Bernardo Rangel[9], «¿Qué novedad aportan los laicos consagrados del Regnum Christi?»; allí afirma contundentemente apenas en el cuarto renglón que la vida laical (fundada por el Pedófilo Maciel) es obra del Espíritu Santo; y para corroborar dicha afirmación cita los Estatutos de la asociación…

No es nuestra intención comentar cada una de las aportaciones, aunque algunas merecen un comentario en sí mismas (trataremos de presentarlas más adelante); queremos reflexionar sobre una realidad que miembros y exmiembros no terminamos de esquematizar. Precisamente la carencia de una base que permita afirmar una espiritualidad específica. En el pasado mucho giraba en torno al Fundador (Pedófilo), sus cartas, conferencias, etc. Al retirarse todo este andamiaje no queda estructura, sólo un conjunto de experiencias para compartir. Pero nunca un conjunto de experiencias conformará una espiritualidad fundante.

Los jesuitas tienen la experiencia de Manresa, las Misioneras de la Caridad aquel «I’m thirsty», los dominicos «Contemplari et contemplata aliis tradere», los mercedarios una espiritualidad profundamente mariana y la oblación vicaria para librar a los cautivos, etc., etc. Los legionarios no tienen nada. El psalterio de mis días es un tremendo plagio, las cartas del fundador son recopilaciones hechas por él o por sus redactores, incluso algunos de los textos más “inspirados”, cuya autenticidad podría ciertamente verificarse, pudieran ser fruto de un estado mental alterado (mediante el consumo de sustancias). ¿Qué queda? Compartir experiencias…

Pero incluso en este acto de “compartir experiencias” se distinguen claramente 3 grupos. Los artículos publicados en “Semillas de Espiritualidad” son un ejemplo clarísimo:
·         Hay quien actúa con falta de honestidad manifiesta (ejemplo las omisiones deliberadas en el artículo de Luis Garza).
·         Hay quien con buena intención muestra ignorancia; esto no quiere decir analfabetismo pues hay una formación, pero dicha formación está estrictamente circunscrita a las experiencias del grupo, se desconoce la espiritualidad universal o las grandes tradiciones religiosas y monásticas, el bagaje religioso conventual, por ejemplo. La mayoría de los textos de las 3GF son una manifestación de ello; específicamente señalamos el comentario sobre la pobreza de Alejandro Páez que es sólo un panegírico malogrado.
·         Hay quien se engaña a sí mismo. Autoengañarse es de por sí un acto inconsciente donde la psicología protege algunos valores altamente estimados, incluso contra evidencia de la realidad. Un ejemplo lo encontramos en la conferencia de Sylvestre Heereman cuando afirma categóricamente que “el corazón del carisma es el misterio del Reino de Dios” y de allí nace una espiritualidad una misión y una comunidad. Heereman (muy dado a hablar demasiado) no explica cómo nace la comunidad legionaria a partir del Misterio del Reino, tampoco menciona el vínculo entre espiritualidad, misión, comunidad y Reino… ¿qué no había dicho Luis Garza que era el Sagrado Corazón? ¿Quizás pasamos por alto la acción eficaz de Jorge López? ¿La espiritualidad Trinitaria que destaca Michael Ryan?... que cada uno elija.


[1] Artículo publicado en su página oficial el 4 de enero de 2016: http://legionariosdecristo.org/compartir-desde-nuestro-interior/
[2] Para no perder el hilo de nuestra reflexión señalamos aquí algunos aspectos sobre la edición del artículo. Michael Ryan señala que “me di cuenta (…) un cierto (…)” palabras procedentes en su estilo del lenguaje coloquial, posiblemente una entrevista, una pregunta o un comentario. La siguiente frase, sin embargo, no procede del lenguaje coloquial, al parecer añadida al editar «Por otro lado sentí que la espiritualidad y el carisma estaban vivos en la vida de los legionarios y de los miembros del Regnum Christi».
[3] Mario Olivieri ha sido miembro del 3GM desde hace 35 años y prácticamente toda su trayectoria en el grupo ha estado vinculada a la administración, primero en la Provincia de México y después en el gobierno general. Las palabras que se le atribuyen en el artículo difícilmente pudieron haber sido pronunciadas por él. Frases como “¿Qué toca las cuerdas más profundas de mi corazón (…)?” en absoluto pueden serle atribuidas.
[4] La trayectoria de Juan Carlos Ortega suscita no poca suspicacia. Él trabajaba en el Sureste de México y desarrollaba su actividad pastoral dedicando bastante tiempo a la Vida Religiosa Femenina. Repentinamente abandonó México sin una “transición” adecuada… En España siguió con el tema de la vida religiosa y el instituto de ciencias religiosas, según consta por comunicaciones que él publicó en su muro. De pronto, nuevamente, interrumpe para ser trasladado a Roma. En el artículo señalan que la Conferencia Episcopal Española le pidió que coordinara un grupo de reflexión sobre las nuevas realidades eclesiales. Non sequitur, si estaba coordinando dicho grupo de reflexión a petición de la CEE, ¿por qué motivo abandonó precisamente durante el Año de la Vida Consagrada? Por otro lado, en ninguno de los directorios de la Comisión para la Vida Religiosa de la CEE, ni en el trienio presente ni en ninguno de los dos trienios anteriores, aparece el nombre de Juan Carlos Ortega ni como miembro, ni colaborador, ni como coordinador de nada… ¿otra mentira de la propaganda legionaria?
[5] En una de las entrevistas a Joseph Ratzinger se le preguntó por el número de caminos que conducen a Dios; él respondió que existen tantos como personas…
[6] Omitimos la referencia porque el enlace (link) fue retirado después de que en este Blog se comentó la falta de honestidad y de rigor del artículo.
[8] De nacionalidad española, al igual que Olivieri con 30 años de pertenencia al Grupo. Es uno de los casos en los que los estudios previos (estudió derecho en Jerez) quedaron obscurecidos con la formación al interno del Grupo.
[9] Miembro del 3G desde hace aprox. 18 años; estuvo bajo el adoctrinamiento del grupo desde temprana edad pues perteneció al llamado “Centro Estudiantil”. La ligereza de sus afirmaciones manifiesta su carencia de sentido crítico.